Uno de los dramas del mundo actual es que el hombre y la mujer han exiliado a Dios de sus vidas. El ser humano se necesita solo a sí mismo y se pone en el lugar de Dios. Esto genera un verdadero drama, pues sin Dios se oscurece el panorama de la vida. El padre Francisco en esta ocasión nos relata un ejemplo que daba el padre Alberto Hurtado para mostrar a los demás la necesidad eterna de Dios en las personas. Esta semana santa es una hermosa oportunidad para decir al Señor: Ilumina nuestra vida. San José, ruega por nosotros.
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