Si pudiéramos elegir algo para nuestra vida, si Dios nos concediera cualquier cosa, riquezas, fama, poder. ¿Qué pediríamos? Esto ocurre con el rey Salomón, quien sólo le pide a Dios la Sabiduría.
Fue tal la fama de la sabiduría que Dios le había concedido al rey Salomón que venían de distintos lugares del mundo a verlo y solicitar su ayuda. Incluso es conocida que la reina de Saba va a visitar a Salomón para hacerle distintas pregunta y queda maravillada por lo sabio que era él.
Así también conocemos cómo es que llega a la solución frente a dos mujeres que reclaman ser la madre de un niño: la verdadera madre siempre querrá el bien de su hijo, incluso sacrificando su propia maternidad.
Esta semana hemos celebrado Pentecostés y la llegada del Espíritu Santo, y uno de sus dones es la Sabiduría. Todos debemos tomar decisiones, discernir sobre el mayor bien para uno o para los que nos rodean. Pidamos este don al Señor, y de esta forma lograremos decidir por aquello que no nos apartará del Amor de Dios.
San José, ruega por nosotros.
Comments