José, padre obediente.
La obediencia no está de moda, y se nos presenta lo rebelde y lo indiferente está de acuerdo a los tiempos haciendo creer que en ello encontramos la libertad.
¿Dónde está la libertad? ¿Cómo podemos ser libres si tenemos que obedecer? San José y la Virgen nos muestran ese camino, una senda trazada por la confianza y la humildad que nos lleva a la obediencia y finalmente a la paz.
Pidamos a nuestro patrono San José y a la Madre de Cristo que seamos dóciles al Espíritu Santo, que dejemos actuar a Dios en nuestras vidas, porque Él quiere que seamos felices, plenos y verdaderamente libres.
¡San José…ruega por nosotros!
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